EDUCACIÓN A DISTANCIA VS EDUCACIÓN PRESENCIAL


Debido al desarrollo tecnológico la Educación a distancia (EaD) ha logrado avanzar en la interactividad de sus actores, solventando parcialmente la carencia de una comunicación “cara a cara”, típica de la educación convencional. Por ejemplo, el uso de chats sincrónicos, videoconferencias, entre otros, son formas de interacción que han surgido con el paso del tiempo para lograr tal fin. Este ha sido un factor determinante ya que era la diferencia más importante entre ambas modalidades y que, tal vez, se había convertido en un obstáculo para la aceptación social de la EaD.

Otra de las diferencias notables entre ambas modalidades es que en la educación presencial suele dársele aún mucho protagonismo al docente y a la enseñanza, no al alumno ni al aprendizaje. En el caso de la educación a distancia, el estudiante que participa debe ser capaz de desarrollar sus habilidades de autodidactismo, es decir, él se convierte en el protagonista de su propio aprendizaje. El docente, por su parte, en esta modalidad no queda relegado, se convierte en un orientador y el principal acompañante en el proceso de aprendizaje del alumnado.

La naturaleza de la EaD que se da a través de las TICs contribuye a la autonomía del participante ya que están diseñadas para ello, situación que se dificulta con la modalidad presencial debido a que la presencia y el contacto directo con el profesor tiende a crear cierta dependencia por parte del alumno. En relación con este punto, Salazar (2010) plantea que la educación tradicional “se construye en torno a un aula de clases, en la cual asiste un profesor y un conjunto de estudiantes de manera sincrónica o simultánea, en donde el primero tiene pretensiones de enseñar (dictar) y los segundos aspiraciones de aprender (copiar).”(p. 339).

Por otra parte, las estrategias instruccionales y de evaluación pueden ser distintas o muy semejantes, ya que el hecho de que la educación sea presencial no excluye la posibilidad de evaluar a través de actividades que ofrecen las TICs y el ciberespacio. De hecho, muchas instituciones utilizan estas estrategias y ha tomado un gran auge la modalidad mixta de educación, es decir, se dicta una parte del curso a distancia y la otra parte de forma convencional. Sin embargo, la EaD, en ocasiones, no permite la evaluación de competencias que sí sería posible evaluar de forma presencial como por ejemplo, las de tipo oral. Tal es el caso de los cursos que se evalúan solo a través de una computadora con internet.

Con referencia a las coincidencias de ambas modalidades, pienso que lo más resaltante es el hecho de que están constituidas por los mismos actores esenciales para que se desarrolle con éxito el proceso de aprendizaje, éstos son: estudiantes y profesores. Hasta ahora, no existe un sustituto del profesor, aunque en alguna época se creyó que ciertos sistemas automatizados podían sustituir la figura de uno de los actores más importantes del quehacer educativo, eso no fue posible y las instituciones que utilizaban la modalidad a distancia tuvieron que volver a contratar personal para las clases virtuales. Así lo destaca Kaplún (2001) cuando plantea que el sistema educativo “tuvo […] que incorporar muchas instancias presenciales, recuperar los espacios grupales, construir flujos comunicacionales de múltiples sentidos, volver a contratar docentes que se habían creído innecesarios.” (p. 11). Mucho menos existe y, creo firmemente, nunca existirá un sustituto o suplente del alumno que es la razón de ser de la educación.

Es así como en estas modalidades los protagonistas del hecho educativo luchan por avanzar positivamente hacia la excelencia, cubriendo la necesidad de obtener aprendizajes significativos. A este respecto Kaplún (2001, p. 11) plantea que, sin importar los medios que se utilicen, ambas modalidades requieren esfuerzos por encontrar el mejor enfoque pedagógico que permite solventar las dificultades y obstáculos de la educación en general.

Asimismo, desde una perspectiva muy personal, pienso que ambos tipo de educación tienen actualmente como norte la democratización del conocimiento, la igualdad de oportunidades, la inclusión de todas las personas –aún si tienen alguna discapacidad-, el acceso responsable y oportuno a la información, entre otros aspectos resaltantes. Ambas modalidades deben concentrarse en buscar puntos de encuentro para el mayor beneficio de la población estudiantil.

Es importante destacar que el surgimiento de una de las dos modalidades, en mi opinión, no debería significar la eliminación de la otra. Para la sociedad actual es una necesidad imperante la coexistencia de ambos sistemas de educación, porque significa el enriquecimiento del conocimiento, la promoción del pensamiento diverso, así como también significa que la educación actual está a la altura y a la vanguardia de esta sociedad globalizada donde lo que priman son los constantes cambios y transformaciones.

Finalmente, quisiera acotar que toda institución educativa debería plantearse el reto de promover en sus espacios el desarrollo de una educación mixta que ofrezca la opción de estudiar bajo ambas modalidades con sus enfoques y paradigmas muy particulares.



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