GERENCIA UNIVERSITARIA: RETOS PARA VENEZUELA




Muchos son los cambios por los que ha a travesado la universidad venezolana durante décadas, pero estos cambios se han quedado, en su mayoría, en el papel. Innumerables modificaciones se han hecho de los currículos, sin embargo, a la hora de evaluar la praxis educativa se evidencia una contradicción y un distanciamiento enorme con lo que dicta dicho currículum. Con respecto a lo expresado anteriormente, se puede decir que tanto gerentes, como docentes y alumnos siguen repitiendo modelos antiguos de educación que no preparan a los profesionales para asumir los retos del mundo actual. Esto provoca que las organizaciones de educación superior tergiversen las innovaciones que se hacen del currículo, llevándola al mismo modelo tradicional en el que el alumno es un repetidor, el docente un dictador de clase y el gerente un jefe autocrático.

En mi opinión, la gerencia de las organizaciones universitarias debe formarse, teniendo como norte lograr que la universidad sea una institución que aprende (inteligente), deben comenzar a ser verdaderos líderes que irradien su propia motivación hacia docentes, estudiantes y demás actores del hecho educativo. Deben formar al personal para que sean capaces de asumir cambios y retos, deben evaluar las necesidades del entorno, especialmente, las relacionadas con el campo laboral; también deben ser proactivos en cuanto a luchar por salvar las infraestructuras y lograr la dotación de las instituciones –más aún en tecnología-, deben establecer convenios con los entes gubernamentales y empresas en pro de la organización, así como también promover la investigación como factor clave para el desarrollo de un país.

Por su parte, los docentes y estudiantes deben abandonar de una vez por todas los vicios de la educación conductista, tener apertura hacia los cambios, desarrollar una cultura investigativa que contribuya al desarrollo de las comunidades; igualmente, deben ser también promotores sociales, involucrarse con el entorno y establecer una retroalimentación, así como una identificación de necesidades comunes.

En relación a los currículos, éstos deben promover la interdisciplinariedad y los valores como ejes fundamentales para la formación de los sujetos que necesita el país, para alcanzar un desarrollo económico, político, social y cultural. Sin embargo, creo que quienes determinarán el cambio y la superación de la crisis universitaria son, precisamente, todas las personas que hacen vida en las universidades venezolanas; y no con esfuerzos individuales, sino en colectivo, porque es así como se logran organizaciones inteligentes. Los esfuerzos individuales terminan en frustración. En relación a este punto, es importante destacar que el trabajo colectivo trae como resultado un sentido de pertenencia enraizado en cada integrante de la organización y no permite el aislamiento que trae como consecuencia antivalores como el egoísmo.

En resumen, ninguna ley, ningún currículo, ninguna normativa genera cambios en las universidades si no se ejecutan en la realidad. Así, quienes generarán los cambios son las personas que las integran, esforzándose colectivamente.

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